Páginas RUTA INTERIOR

viernes, 30 de marzo de 2012

Abriendo la puerta de los milagros (53)



Hay una historia kabbalística sobre una persona justa que tenía muchos estudiantes.
Un día, uno de los estudiantes se acercó al maestro y le dijo: “no creo que pueda estar aquí por más tiempo. Tengo muchas preguntas, muchas cosas que no entiendo. Simplemente no puedo seguir este camino. Quiero darme por vencido”.
Con calma, el Kabbalista le respondió: “¿estas preguntas vinieron a ti antes de que decidieras que este no era tu camino?”.
El estudiante pensó por un momento momento y dijo: “¿sabes? Sí, tienes razón. Las preguntas aparecieron después que tomé la decisión. ¿Pero eso qué tiene que ver?”.
“Bueno”, respondió el Kabbalista: “parece que no tienes interrogantes. Tienes respuestas”.


Frecuentemente, cuando vemos a otras personas (nuestros amigos, nuestros cónyuges, nuestros hermanos, incluso nuestros conocidos) no tenemos preguntas... tenemos respuestas.
Armados con nuestras ideas preconcebidas y nuestros juicios, cerramos la puerta de nuestro corazón, en lugar de dejarla abierta para que ellos puedan pasar.
Muchas veces, no nos detenemos para poder apreciar a aquellos a nuestro alrededor.
 Tal vez sus valores sean diferentes a los nuestros.
Tal vez tengan un estilo de vida diferente al nuestro.
Sin embargo, es nuestro trabajo aceptarlos (tal como son) como parte de nuestra vida. ¿Por qué? Porque en el momento en el que decidimos juzgar la forma de vida de otra persona, asumimos el papel del Creador. Y no somos el Creador. Ninguno de nosotros lo es.
La Biblia dice que Moisés pidió ver el rostro del Dios, y Dios dijo: “Tú no puedes ver Mi rostro. Pero te mostraré Mi espalda”. ¿Qué quiere decir esto? En esencia, el Creador le estaba recordando a Moisés que como humanos, no vemos la película completa; sólo vemos lo que el Creador decide revelarnos.
Es verdad. Cuando vemos a otra persona, no sabemos cuántas vidas ha vivido o qué ha hecho.
 No sabemos por qué fué puesto en la vasija en la que ahora existe, ni sabemos cómo será su mañana.
Sólo obtenemos una visión limitada de éste momento, una foto instantánea en el tiempo, así que no podemos juzgar.
 Hay experiencias de vidas pasadas e información invisible para nosotros así como un futuro de posibilidades que no podemos anticipar.
Mientras nos acercamos a las festividades venideras, necesitamos recordar que si queremos conectar con toda la energía disponible, entonces necesitamos estar preparados para venir con preguntas en lugar de respuestas.
Necesitamos prepararnos para estar abiertos a las probabilidades de nuevas experiencias y para vernos a nosotros mimos como minutos en el mundo de la Luz. ¿Por qué? Porque en realidad, la única forma en la que tu y yo y todos nosotros podamos transformarnos en alguien es cuando llegamos a entender que no somos nadie.
En el mundo de la Luz, cualquiera que sea nuestra posición, nuestro honor, o nuestras posesiones, todo puede cambiar en dos segundos. Es por ello que es tan importante que todos portemos la marca de la apreciación.
Como seres humanos, generalmente vemos el vaso medio vacío: vemos a las personas y de inmediato las juzgamos por sus faltas.
Muchos de nosotros no se voltea hacia otro ser humano a decirle: “¡Guauuuuu, qué maravilloso eres!”. Usualmente comenzamos por encontrar sus faltas, aquellos espacios que nos parecen oscuros.
Esta semana, sin embargo, podemos tomar una decisión diferente. Podemos continuar con la apreciación por todo y por todos en nuestra vida, y con esta energía, podemos abrir la puerta a los milagros.



Abriendo la puerta de los milagros – 29 de marzo de 2012 – por Karen Berg

Edición y Difusión: www.escuelaclaridad.com.ar



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PAZ Y BIEN PARA TODOS

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